La llamada Ley Ferrándiz, promulgada en 1909, reestructuró la Armada española, eliminando la Dirección de Hidrografía, sin la que la producción cartográfica sobrevivió difícilmente durante años, dependiendo de diversas instituciones a un tiempo.

 

Por fin, en 1943 se crea el Instituto Hidrográfico de la Marina, institución que se encarga desde entonces de la producción oficial de cartografía náutica en España, manteniendo su representación en todas las esferas internacionales. Observando las actuales cartas náuticas electrónicas podremos ser conscientes del contraste de las mismas con aquellos artísticos portulanos y valorar la relevancia que España sigue manteniendo desde hace más de ocho siglos en la historia de la cartografía náutica mundial.

 

 

 

 

En la actualidad, además de la elaboración y actualización de cartas náuticas, resultado de sus continuos levantamientos hidrográficos, se encarga de los trabajos geográficos e hidrográficos de interés para la Armada, de la recopilación y difusión de datos para ayuda en la navegación, alertando de peligros y alteraciones del medio, y representa al Estado Español en la organización Hidrográfica Internacional.